Hoy hemos continuado con las entrevistas personales, ya que todavía no quedaban 16 alumnos con los que entrevistarnos. Por cuestiones de horario solo hemos podido estar con 4 alumnos, 3 chicos y una chica. Cada vez me siento más segura hablando con ellos y aconsejándoles, ya que he tenido muchas opciones para aprender con mi tutora a gestionar este tipo de situaciones.
Dos de los chicos tenían muy claro que quieren estudiar el bachillerato científico, para poder acceder a una ingeniería, por lo que también estaban seguros de escoger las asignaturas de ciencias. Les hemos aconsejado que trabajen duro, y que se esfuercen más de lo que llevan haciendo durante estos meses, ya que son dos chicos con capacidades normales, pero no muy buenos hábitos de estudio y, en consecuencia, un bajo rendimiento académico. La chica también estaba segura de escoger las asignaturas de ciencias, ya que quiere realizar el bachillerato bio-sanitario para poder realizar los estudios de veterinaria. El caso del otro chico me ha sorprendido más. Al preparar su entrevista, he estado consultado las informaciones obtenidas en las fases anteriores, y he podido observar que es un chico con capacidades medias-altas, que trabaja bastante y bien, y obtiene buenos resultados, pudiendo ser mejorables. Sus preferencias profesionales parecen ser historia, filología y magisterio, por lo que nos hemos imaginado que tendría bastante claro escoger las asignaturas de letras. Cuando nos hemos reunido con el, hemos visto que tenía muchísimas dudas, y que se sentía muy inseguro hacia sus propias capacidades. Nos a contado que estaba planteándose hacer un módulo medio por miedo a no poder superar el bachillerato y no poder ir a la universidad. Hemos tratado de tranquilizarlo, resaltando sus capacidades y resultados, para que sintiese más confianza en dí mismo. Nos ha contado que le encantaría estudiar filología vasca en la universidad, así que finalmente ha salido bastante decidido a optar por las asignaturas de letras.
Creo que la labor de un psicopedagogo en la tarea de orientación, va mucho más allá de aconsejar a los alumnos sobre qué itinerarios escoger. El psicopedagogo/a tiene que ser capaz de leer entre lineas, de comunicarse de forma efectiva, identificando las necesidades de cada uno de los alumnos en cada momento, para poder ofrecerles, la ayuda y el apoyo adecuados.
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